Con prólogo y selección de Gito Minore Boedowskaia reúne textos de poesía social de doce escritores pertenecientes, por generación o por herencia, al universo del Grupo de Boedo.
“Yo no vengo a hacerme la partida, / yo digo, no más, que soy de Boedo”, escribió Julián Centeya sobre el barrio de sus amores. Junto con María Inés Martínez, Gito Minore dirige la editorial Clara Beter y lleva adelante el Festival de Poesía de Boedo, que ya va por su sexta edición. Recientemente publicaron Boedowskaia. Poesía social de Boedo, con selección y prólogo de Minore, que en esta entrevista relata los pormenores de este rescate literario.
–¿Qué te llevó a realizar este libro de poesía social de Boedo?
–En principio, el deseo de rescatar distintas voces del pasado vinculadas a nuestro barrio. Desde hace varios años venimos difundiendo la literatura de Boedo, tanto la actual, ya sea desde el ciclo “Poesía bajo la autopista” (llevado a cabo entre 2011 y 2017), como con el Festival de Poesía de Boedo (que va por su sexta edición), como asimismo la de principios y mediados del siglo XX. Este libro es un compilado que incluye a doce poetas de nuestra historia que creemos deben estar en circulación.
–¿Por qué Boedowskaia?
–“Boedowskaia” es un apelativo jocoso que inventó Enrique Méndez Calzada en su momento para referirse a la “banda” de escritores Boedo y su evidente rusofilia. La reminiscencia risueña que trae el nombre nos pareció una manera fresca y novedosa de abordar el trabajo de este conjunto de poetas.
–¿Qué autores seleccionaste y por qué?
–Los autores seleccionados fueron Álvaro Yunque, César Tiempo, Gustavo Riccio, Leónidas Barletta, Nicolás Olivari, Raúl González Tuñón, José Sebastián Tallón, Aristóbulo Echegaray, Julián Centeya, Alicia Eguren, Atilio Castelpoggi y Rubén Derlis. El criterio de selección fue diverso. Algunos de ellos entraron por haber formado parte del Grupo Boedo de los años 20, otros por haber constelado con ellos en ese momento, y otros por su pertenencia al barrio.
Poetas de Boedo
Álvaro Yunque (Arístides Gandolfi) nació en la ciudad de La Plata en 1889: “Poesía de la calle, / cosa de todos, sin dueño; / yo te aprisiono un segundo, /solo un segundo en mi verso” (“Coplas a la poesía de la calle”).
César Tiempo (Israel Zeitlin) nació en Ekaterinoslav (Ucrania) en 1906: “Cae sobre la ciudad / la ceniza minúscula y tenue de la lluvia. / ¡Qué grato es en un día como este acariciar / un inocente sueño de ventura!” (“Visión”).
Gustavo Riccio nació en Buenos Aires en 1900: “De pie sobre el andamio, en tanto hacen la casa, / cantan los albañiles como el pájaro canta, / cuando construye el nido, de pie sobre una rama” (“Elogio de los albañiles italianos”).
Leónidas Barletta nació en Buenos Aires en 1902: “–Don Juan de la Casablanca, / ¿Cuántos panes hay en el horno? / –Un panecillo de amor / y veinte panes de odio” (“Canción iracunda”).
Nicolás Olivari nació en Buenos Aires en 1900: “He pasado por tu casa tantas veces / tantas veces me he parado en las esquinas / como un hortera imbécil que a su novia espera / como un burgués grasoso que también espera / a una mujer cualquiera” (“La espera”).
Raúl González Tuñón nació en Buenos Aires en 1905: “Media noche. Sobre las piedras / de la calzada hay un caballo muerto. / Aún faltan cinco horas / para que venga el carro de ‘La Única’ / y se lo lleve. Ese caballo viejo, / hederoso de sangre coagulada / y de estiércol, / ese pobre vencido, fue un obrero” (“El caballo muerto”).
José Sebastián Tallón nació en Buenos Aires en 1904: “Tan desnudo y lustroso, y tan feo y romántico, / cuando inflas, oh sapo, tu croclera garganta, / yo te escucho celoso, porque sé que tu cántico / brota para una sapa que presuntuosa canta…” (“La garganta del sapo”).
Aristóbulo Echegaray nació en 1904 en Buenos Aires: “Gana noventa pesos / le dan por todo asueto la tarde del domingo. / ¡Este hombre tiene su derecho santo / de hacer volar el edificio!” (“Ordenanza”).
Julián Centeya (Amleto Enrique Vergiati) nació en 1910, en Parma, Italia: “Enumero una ordenación de esquinas contra el cielo, / desando lonjas de calles con memorias, / me instalo en patios familiares, íntimos, / procuro una sucesión de horas, / me detengo en una desangrada tarde, / de antiguas imágenes me renuevo, / reconstruyo albas, / fijo noches habitadas de árboles en silencio, / de retazos de lunas caminadoras, / de almacenes brumosos como puertos / y un viento sin donde me pone entre las manos / la voz gemidora / de una guitarra goteándome un tiempo / de ochavas / y de hembras. / Entonces me nace el compadre de adentro / y bato esta sed que me crece de carne / pa’ ver si se enteran que yo soy de Boedo” (“Boedo”).
Alicia Eguren nació en 1925 en Buenos Aires. En 1977 fue secuestrada y desaparecida por la dictadura: “Dejadme sonreír; / permitidme que sonría con la certidumbre manca de los hombres / bizcándome cada parte de nuestra humanidad” (“Poemas a los cabecitas negros”).
Atilio Jorge Castelpoggi nació en 1919 en Buenos Aires y vivió en el barrio de Boedo: “Has caído en la calle como un llanto de sangre. / Tu grito familiar entre la tarde / se detuvo de pronto. / Ibas a dibujar el tiempo coreando todas las palabras. / Pero ahora / te están llamando los lamentos, / el cordón, las veredas, las casas conocidas, / el lustrabotas triste y su ceniza sucia / de tiempo y de pobreza, / y también la muchacha, / la del moño amarillo y la pollera corta / que te esperaba entonces” (“Elegía de la calle”).
Rubén Derlis nació en 1938 en Chivilcoy. Desde los cuatro años vive en la ciudad de Buenos Aires: “Estas calles son mi juventud y mis regresos, / esas esquinas mis furtivos encuentros / con el solitario aprendiz de poeta / que vaga todavía como un fantasma adolescente / por los techos de Independencia y Maza. / Sé que este es mi sitio, por eso vuelvo / cuando sangro otoños hasta el verso / a dialogar de sombras con la sombra / desde la ventana del íntimo Trianón” (“Boedo”).
–¿Cuáles son los ejes de estos autores, qué los caracteriza?
–Ejes hay varios, pero sin duda hay uno que atraviesa toda su poética: su férreo compromiso con la sociedad, tanto de su época como la futura.
“Esta antología viene acompañada por los retratos de sus autores realizados por un grupo de artistas que desde hace tiempo vienen aportando su talento a cada una de nuestras aventuras. Fueron de esta partida Damián Scokin (Mendoza, 1977), Javier Quiroga (Berazategui, 1991, músico, dibujante, realizador, fotógrafo y editor de video), Mariano D’Angelo (Buenos Aires, 1962, estudió en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón), Lautaro Dores - Arte Argentino (Buenos Aires, 1969, cursó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes ‘Manuel Belgrano’ y se perfeccionó en el IUNA), Isidoro Reta (Buenos Aires, 1985, dibujante, librero y milonguero, estudió en la Escuela de Dibujo Garaycochea) y Federico Bonavita (Buenos Aires, 1977, artista plástico y docente). A todos ellos les damos las gracias por su generoso aporte. Valga también este reconocimiento para Liliana Navarro Ibarra, quien además de diseñar la tapa, proporcionó el dibujo original del Festival de Poesía de Boedo, otra de las trincheras desde donde difundimos y defendemos las banderas de nuestros sueños”, expresa Gito Minore en el prólogo.
–¿Qué esperás de los lectores frente al libro?
–Que disfruten la selección y que conozcan a muchos de mis escritores favoritos.
–¿Qué descubriste de esos autores que no sabías o que te haya llamado la atención?
–Muchos lazos afectivos entre ellos y, sobre todo, muchos vínculos de admiración y cariño hacia sus “supuestos” rivales, los autores del Grupo de Florida. Descubrí un montón de autores que se cargaron la patria literaria al hombro y dedicaron su vida entera para dotarla de una riqueza extraordinaria que llega al día de hoy.


























