Foto: OSKY - Antonio Pujía y Lautaro Dores.
Nace el 11 de Junio de 1929 en un pueblo del sur de Italia llamado Polia. Sus padres son: Vittorio Pujia y Maria Vallone. Ya en su infancia denota su interés por las formas modelando sus propios juguetes con arcilla que obtenía de las orillas de un arroyo.
En Mayo de 1937 emigra con su su madre y su hermana mayor Carmela hacia la Argentina donde los esperaba Vittorio que había viajado cuando Antonio tenia dos años. Llega a Buenos Aires y comienza sus estudios primarios con cierta dificultad puesto padecía de miopía y nadie se había percatado, su maestro de cuarto grado lo observa y le recomienda a su madre que lo lleve al oculista, usa lentes desde entonces.
También durante su primer grado superior, y por su dificultad con el idioma, comienza a dibujar elementos de la realidad que le llaman poderosamente la atención por la novedad que significaban para el; dibuja un diariero y su maestra lo muestra por toda la escuela llenándolo de orgullo.
Al momento de egresar, su maestro orienta a los alumnos en sus futuros estudios secundarios y le dice que el debería seguir Bellas Artes. Antonio, fascinado por el atrayente nombre de la carrera, le comunica su deseo a sus padres recibiendo una rotunda negativa por parte de su padre que imaginaba mas conveniente para el una carrera de contador. Con la complicidad de su madre consigue anotarse en el examen de ingreso de la Escuela Manuel Belgrano. Ya en el examen se siente un tanto intimidado por que descubre que sus futuros compañeros se han preparado y el no, de todos modos logra aprobar y cursa regularmente la escuela haciéndose notar cada vez mas por sus dotes artísticas y por su gran aplicación al estudio. Durante este período trabaja duramente para costearse los estudios eligiendo siempre trabajos que le permiten agregar conocimientos y practica de taller, relacionado con los materiales usados en la escultura, por ejemplo moldería en yeso, realización de taseles, etc. Así obtiene el titulo de Profesor Nacional de Dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y el de Profesor de Escultura en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Carcova. Este periodo de estudios abarca desde 1943 hasta 1954 y tiene como profesores a artistas de la talla de Troiano Troiani, Alfredo Bigatti, Alberto Lagos y José Fioravanti, con los cuales también trabaja como ayudante en sus talleres, también trabaja como ayudante en el taller de Rogelio Yrurtia.
Tiempo después, y a modo de sentido homenaje, bautiza con sus nombres los patios de su propia escuela-taller. Se dedica con creciente intensidad a la creación y a la docencia ejerciendo la titularidad de las cátedras de Escultura en las escuelas Pueyrredón y Belgrano y también enseña en su escuela -taller entre 1970 y 1975.
En 1956 el entonces Director Técnico del Teatro Colón, Hector Basaldua, decide dotar al Teatro de un taller de escultura escenográfica para lo cual organiza un concurso, el cual es ganado por Antonio Pujia; quien se desempeña como jefe del mismo hasta 1970. De este periodo proviene su fascinación por la música y la danza, dos de sus temas predilectos. Asiste regularmente a las clases de los bailarines y se dedica a tomar infinidad de apuntes en carbonilla sobre papel. Así, forja una intensa amistad con José Neglia y Norma Fontela, primeras figuras del Ballet estable del Teatro y tantos otros bailarines del cuerpo de baile. En 1966 realiza el retrato de Norma Fontela que hoy se exhibe en el foyer del teatro.
En 1959 Gana su primer premio de importancia: el Gran Premio del Salón Municipal Manuel Belgrano. Esta distinción lo empuja a profundizar su compromiso con el arte. Esto iniciaría una seguidilla de premios crecientes en importancia y ganados a una edad poco usual, puesto que los mismos se daban, por lo general a artistas de mayor edad y trayectoria. En 1960 gana el Gran Premio de honor del Salón Nacional de Artes Plásticas a la edad de 30 años.
En 1961 gana la Bienal Alberto Lagos y en 1964 el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes "Augusto Palanza", completando de este modo la posesión de los premios mas importantes del país. Estas destacadas distinciones confirman la elección de Pujia y lo comprometen cada vez mas profundamente en su compromiso con el arte.
En 1965, motivado por esta secuencia de premios, decide realizar su primer muestra individual en la histórica galería Witcomb, una de las primeras galerías de Bs.As. la cual había albergado muestras de los mas importantes artistas del país y del extranjero. Esta muestra marca un hito en su carrera, pues, además de ser un veredero suceso de publico y ventas, fue una muestra donde expuso una gran cantidad de obras fundidas en bronce, cosa que hasta entonces no había podido hacer. Por otro lado, la apuesta fue grande, la muestra fue costeada integramente con sus ahorros; tónica esta, que continuara durante toda su vida como única forma de mantener independencia e integridad con respecto a lo que desea expresar.
Ya completamente definido y animado por el gran éxito de su primer muestra individual se embarca en una producción ininterrumpida (sin dejar su tarea docente ni el taller del Colón) que desemboca en su segundo gran éxito: Biafra. En el año 1970 y profundamente dolorido por el notable impacto que le producen las imágenes de la prensa sobre la desvastación de un nuevo país en el continente Africano, produce lo que seria su primer gran compromiso social. La exposición descarnada de la destrucción del hombre por el hombre. Esta exposición, inaugurada el 23/7/71 en la Galería Esmeralda provoca los mas grandes elogios por parte de la prensa especializada y del publico asistente.
Años después, en el 2000, las mismas esculturas expuestas en el Museo E. Sivori, provocarian sensaciones análogas a aquella época. Es tan grande la importancia que Pujia confiere a esta serie de esculturas que, aún en día, la serie completa y original es parte de su colección privada. En situación análoga a esta se encuentra su famosa serie Martín Fierro producto de los años 72/73 en los cuales vuelve a reflejar la miseria de la destrucción junto a su pasión por la tierra que lo recibió y albergo la Argentina. En la exposición del 75 en el prestigioso Hall del Teatro Municipal Gral. San Martín, el publico se encontró con una de las mas intensas series de esculturas que se hubiesen visto hasta entonces. El suceso es de tal magnitud, que Pujia decide incorporar la muestra, integra, a su colección.
El profundo sufrimiento que le provoca la producción de estas dos series, lo moviliza hacia el otro extremo de su rica personalidad; así es que, en 1977 en la Galería Imagen, expone una recordada serie de esculturas que se alejan sensiblemente de la temática dominate de aquellos años. Mujeres desnudas, parejas de amantes, erotismo, plantas, la serenidad, se expresan en obras como "Adagio" (retrato de su mujer embarazada) o "Amarnos con pasión" ponen en relieve la preocupación del artista en mostrar, con la misma intensidad y pasión, las diferentes posibilidades que anidan en el seno de los seres humanos; el amor y el odio, la construcción y la destrucción, la apatía y la pasión; Tanathos y Eros en eterna lucha.
En el año l976 y aproximadamente durante un año, vive y trabaja en España, en el Escorial, y durante ese periodo y ya de regreso en Bs.As hasta el 79 elabora la temática relativa a los años de plomo con la dictadura impuesta en Argentina. Una pieza de tamaño natural, "Libertad Amordazada" y la serie de esculturas mutables, que también dan cuenta de lo que es encarcelado, por ejemplo "El espejo del alma", mas otras donde la expresión esta puesta en lo que es encerrado, lo que permanece oculto detrás de las cubiertas siniestras que oprimen. En l98O se conmemora la 2da. Fundación de Buenos Aires y se le encarga la creación de una medalla conmemorativa, que se acuña en Italia, y se regalan 250.000 como insert con la Revista "Siete Días". Hasta el 82 se extiende el periodo de piezas con la temática de la dictadura, y con el viaje del 83 comienza a producirse un acercamiento a la obra de Amedeo Modigliani, teniendo como punto de partida el oleo "Le grand nu". Esta serie es un homenaje al pintor,a la belleza, a la serenidad, como contrapartida de la serie anterior. A continuación de esta serie, y luego de este viaje, surge la certeza de que sus raíces están definitivamente en este país en el cual habita, vive, trabaja y ama, desde que llego a los 8 años. En algún momento, la fantasía era pertenecer a ambos, y repartir la vida entre Italia y Argentina, pero redescubre su ciudad, donde esta su familia, su taller, sus alumnos, sus amigos, y esto se traduce en otra serie temática: "Canto de amor a Buenos Aires". Forma parte de este homenaje el acuñado de una serie de medallas con temas y poemas acerca de la Ciudad, que acompañan la edición de un libro. También en ese año, con el advenimiento de la democracia, crea por encargo, una medalla conmemorativa de la asunción a la Presidencia del Dr. Alfonsín.
Hace una importante ampliación a su taller consiguiendo un espacio y luminosidad muy importantes y su sentimiento se vuelca a desarrollar la parte mas bella de la vida: las parejas que se aman, este momento coincide con la etapa en que sus hijos están en pareja, y son el testimonio de la eterna continuidad de la vida siendo, ocasionalmente, modelos para sus obras. Realiza la exposición titulada"En-amor -a dos", que muestra esta serie. A continuación, y con esa misma dirección aparecen las familias, que incluyen los nietos del artista, y forman el núcleo de las familias felices. Posteriormente la debacle económica en que se sumerge el país opone a estas familias las que quedan marginadas de toda inserción social por la desocupación y la indiferencia social. Esta serie la realiza a partir del cuadro de Ernesto de la Cárcova "Sin pan y sin trabajo"; el material que emplea para expresarse, es la cera directa pigmentada. Luego de un tiempo retoma la temática de las parejas y las familias combinando diversos materiales, madera, o mármol con bronce.
Luego de las dos muestras del año 2.000 (Museo Eduardo Sivori y Galería Principium) Pujia decide homenajear (durante el 2003) al Maestro Rogelio Yrurtia del cual fuera ayudante en su juventud y de quien conserva valiosas vivencias y un gran agradecimiento por su ejemplo como creador y pedagogo. Reune entonces parte de sus obras que abarcan el periodo desde l96O hasta 2000, realizando esta muestra en la Casa Museo Rogelio Irurtia que el Maestro donara, con la totalidad de su obra y sus pertenencias, al país. A partir de mediados de 2004 suspende cursos y su participación en Muestras Colectivas o Ferias de Arte, para comenzar un HOMENAJE A LA MUJER al cual dedica todo su tiempo creativo. Dibuja con modelo vivo en su taller, y a partir de esa idea y un numero importante de bocetos, va definiendo y construyendo una serie de piezas ensamblando, bronce fundido a la cera perdida, mármol de carrara, mármol belga, ébano con diversos baños de plata y oro.
Hasta el momento, continua esa misma serie
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