jueves, 23 de enero de 2014

Antonio Berni por Lautaro Dores / A.O. Imagen & Producción.

 
 


Nace en Rosario en 1905. Comienza sus estudios en esa ciudad y en 1925  obtiene una beca que le permite viajar a Europa y concurrir a los  talleres de André Lhote y Othon Friesz.
En París se pone en contacto con la pintura metafísica y con el  surrealismo, además de adherir a la idea de la acción artística  comprometida con la realidad política y social. De regreso en Argentina  en 1930 trabaja en pinturas y collages surrealistas que expone en  Buenos Aires en 1932.
La crisis internacional y, particularmente la nacional, influyen en su  poética que vira hacia un realismo crítico capaz de manifestar sus  preocupaciones sociales. En 1933 toma contacto con el mexicano  Siqueiros y con el concepto del mural como arte de proyección  comunitaria. Desde entonces trabaja, a falta de muros públicos, en  composiciones de gran tamaño, que tratan a escala monumental los  conflictos de las clases populares.
Una beca de la Comisión Nacional de Cultura le permite viajar, en 1941,  por Latinoamérica y estudiar su arte. En 1943 obtiene el Gran Premio de  Honor del Salón Nacional. En 1944 funda junto a Spilimbergo,  Castagnino, Urruchúa y Colmeiro, el primer Taller de Arte Mural, con el  que ejecuta al año siguiente la decoración de la cúpula de las Galerías  Pacífico.
En los años 50 comienza una serie dedicada a los pobladores más  humildes del interior del país, sobre todo de Chaco y Santiago del  Estero, ocupándose del fenómeno de las migraciones internas.
En 1959 retoma el collage, técnica que empleará en dos ciclos de obras cuyos protagonistas serán Juanito Laguna, el chico de la villa miseria y Ramona Montiel,  la prostituta. La elección de los materiales de deshecho se vuelve  significativamente contextual. Chapas, cartones, maderas y rezagos  industriales ambientarán las andanzas de Juanito y encajes, puntillas  de plástico o papel, molduras de mobiliario barato, predominan en las  de Ramona.
Gana el Gran Premio Internacional de Grabado de la Bienal de Venecia en  1962. Sus grabados también son premiados en la Bienal Internacional de  Ljubljana, en la de Cracovia y en Intergrafik de Berlín. Renueva la  xilografía introduciendo el collage y prominentes relieves  (“xilo-collage-relieve”), además de realizar estampas de proporciones  desusadas.
En 1965 se organiza una retrospectiva de su obra en el Instituto Di Tella, donde presenta a los Monstruos polimatéricos. Versiones de esta muestra recorren algunas ciudades del  interior del país, Estados Unidos y varios países de Latinoamérica. En  este año es designado Miembro Honorario de la Accademia delle Arti del  Disegno de Florencia.
A partir de 1967 trabaja en ambientaciones multimedia como Ramona en la caverna, El mundo de Ramona o La masacre de los inocentes, presentada en su retrospectiva de 1971, en el Museo de Arte Moderno de París.
En los años 70 recurre a elementos provenientes del realismo  fotográfico, sin abandonar por ello su inclinación al expresionismo.  Pinturas de esta modalidad son exhibidas en 1977, en Nueva York. Estos  recursos nutren tanto a los ensamblajes de Juanito como a los de  Ramona, que, por su parte, adquieren cada vez mayor relieve para casi  transformarse en retablos modernos. En este estilo y reflejando los  cultos populares, realiza, en 1976, la ambientación dedicada a La difunta Correa.
En 1979 es nombrado miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes.
Con Apocalipsis y La Crucifixión culmina en 1980 las  imponentes pinturas destinadas a decorar la Capilla del Instituto San  Luis Gonzaga de Las Heras, Provincia de Buenos Aires, instaladas allí  al año siguiente.
Fallece en Buenos Aires el 13 de octubre de 1981. El 17 de noviembre se inaugura en San Martín, Provincia de Buenos Aires, el Monumento a Martín Fierro, en el que estaba trabajando.

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