Las imágenes proponen un juego de opuestos desde las posiciones de los
personajes, acompañadas con el juego de análogos en sus cromos, unificando un
criterio que nos remite al legendario Yin-Yan en busca del equilibrio que como
patrón cósmico, ordena todas las cosas, la vida, lo macro, lo micro, el kaos ,
el orden, lo blanco , lo negro, el hombre y la pintura.
La obra de Lautaro Dores transmite un sentido intenso del espacio y del
movimiento. Las formas parecen ensamblarse unas dentro de otras para comunicar
la idea de profundidad y permite al artista simplificar los contornos de sus
objetos sin que el cuadro parezca plano. Dores hace presión sobre la realidad,
no quiere quedarse en la periferia, transfigura todo el espacio, el no cuenta,
vive. No reproduce, recrea. Libera completamente su temperamento, nos da una
imagen íntima. Sus cuadros no son decoración, belleza, orden, sino sólo
expresión. En su paleta, variada, predominan los colores vibrantes. Su
pincelada, con una carga matérica importante, nos brinda un ritmo no planeado,
es puro instinto. @MariaMónicaAbdala. #Crítica. Arte del Mundo - Portal de Arte
& Cultura.
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